Al igual que el Celerio, el Suzuki Baleno es fabricado en la
India por Maruti Suzuki con destino a más de cien países de todo el mundo,
Japón incluido. Después de una primera fase de comercialización en India, donde
Suzuki es líder de mercado, el nuevo modelo global de Suzuki llega al Viejo
Continente.
El Baleno se adapta bien al concepto de utilitario
tradicional de cinco puertas: con 4 metros justos de longitud, 1,75 m de ancho
y 1,47 m de alto, se sitúa por tamaño entre los más grandes del segmento B.
Siguiendo el camino de los grandes fabricantes, este nuevo utilitario de Suzuki
hace uso de la plataforma modular desarrollada por la marca nipona para sus
automóviles pequeños y compactos.
Sin lugar a dudas, las mayores virtudes del nuevo Baleno
tienen que ver con su habitabilidad. El espacio disponible la fila posterior de
asientos es realmente destacable; y en este sentido, es probablemente la mejor
del segmento B. Los ocupantes de las dos plazas exteriores disfrutarán de mucha
distancia libre hasta el respaldo de cada butaca delantera, y tampoco tendrán
problemas de anchura para los hombros. Sí es cierto que la altura al techo no
guarda la misma proporción, pero no lo notaremos cerca a menos que nuestra
estatura supere el “metro ochentaycinco”. La plaza central no es incómoda,
gracias a que los asientos no están marcados entre sí e, irónicamente, a que no
existe un reposabrazos central que endurezca el mullido del respaldo cuando
está recogido.
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Suzuki Baleno con motores 1.2 y 1.0
Esta jornada de presentación dinámica me ha dado la
oportunidad de hacer algunos kilómetros con las dos motorizaciones, en ambos
casos con cambio manual. En primer lugar probé el 1.2 de 90 CV en su variante
híbrida, que como dije antes no se diferencia en prestaciones sino en consumos.
Como suele ocurrir con los tetracilíndricos atmosféricos de baja cilindrada, su
respuesta es lineal y progresiva; y aunque no decepciona, sí se le nota algo
vacío a bajo y medio régimen. Dado que sus 120 Nm de par no llegan hasta las
4.000 rpm, este motor se orienta hacia un uso urbano y poco exigente, premiándonos
a cambio con un giro suave y silencioso.
Pese a su menor cilindrada, el motor 1.0 de 111 CV del Suzuki saca
partido del turbocompresor para generar una respuesta mucho más aprovechable,
entregando su par máximo de 170 Nm desde sólo 2.000 rpm. Este es el propulsor
que yo elegiría, desde luego, no sólo por su mayor rendimiento sino porque los
consumos son muy cercanos y porque, además, es uno de los tricilíndricos más
“finos” que encontraréis en este rango de cilindradas. No es ningún cohete,
claro que no; pero además de encajar bien en un coche como éste, se adapta muy
bien a la ausencia de una sexta marcha en la caja de cambios manual.
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